Introducción
En la actualidad, las empresas nos encontramos en un entorno altamente amenazado por riesgos digitales que cada vez son más avanzados y más globales. Por este motivo, la ciberseguridad ya no es solo un problema del departamento IT sino que se ha convertido en un asunto estratégico que debe involucrar a toda la organización de una empresa.
A raíz de conocer el proyecto KPIs de Ciberseguridad para la Alta Dirección, os planteamos este interesante tema en nuestra publicación de hoy.
Este proyecto está impulsado por un grupo de trabajo compuesto por reputados Chief Information Security Officer (CISO) y expertos en gestión del riesgo digital. Su objetivo es tan ambicioso como necesario: diseñar un marco común de indicadores clave de rendimiento (KPIs) que permita medir, analizar y comunicar eficazmente la ciberseguridad en todo tipo de organizaciones, sectores y tamaños.
Podéis consultar el estudio completo aquí.
Desde nuestra experiencia en Unimedia como desarrolladores de soluciones tecnológicas complejas, entendemos que una postura consolidada en ciberseguridad no se alcanza solo con firewalls y autenticación multifactor: requiere métricas, visibilidad y un lenguaje que conecte lo técnico con lo estratégico de forma global.
¿Qué es un indicador de ciberseguridad y por qué importa?
Un indicador de ciberseguridad es una medida cuantificable y objetiva que refleja el estado, la evolución o la eficacia de los mecanismos de protección de una organización frente a riesgos digitales. Su propósito es proporcionar visibilidad sobre aspectos clave como la exposición a amenazas, la eficiencia de los controles de seguridad, el cumplimiento de normativas o la capacidad de respuesta ante incidentes.
El estudio propone regular y utilizar un lenguaje común, clasificándolos en:
- KPIs (Key Performance Indicators): reflejan la eficacia de acciones de protección (tiempos de resolución, parches aplicados, etc.).
- KRIs (Key Risk Indicators): permiten detectar riesgos potenciales antes de que se materialicen, ayudando a prevenir incidentes graves.
La clave está en definir indicadores que sean:
- Estratégicamente relevantes,
- Técnicamente medibles,
Comprensibles para los distintos perfiles (desde técnicos a directivos).
Del dashboard técnico al lenguaje de negocio
Uno de los principales desafíos del CISO, según el informe, es traducir datos técnicos en conocimiento accionable para la dirección. No se trata únicamente de presentar métricas o volcar informes: el reto está en transformar información altamente especializada —como logs, alertas o estadísticas de amenazas— en insights comprensibles y relevantes para la toma de decisiones estratégicas.
Esto implica diseñar cuadros de mando que no solo muestran alertas o vulnerabilidades, sino que comuniquen:
- El impacto de los riesgos en los objetivos de negocio,
- La evolución de la postura de seguridad en el tiempo,
- El nivel de cumplimiento normativo (como RGPD o ISO 27001),
- Y los costes asociados a incidentes o medidas preventivas.
De esta forma, los directivos de las empresas podrán entender mejor dónde están las vulnerabilidades, qué nivel de exposición se asume y cómo evolucionan las capacidades defensivas de la organización a lo largo del tiempo.
Como desarrolladores, podemos contribuir significativamente a esta tarea asegurando que nuestras plataformas y sistemas integren capacidades de observabilidad, trazabilidad de eventos y reporting en tiempo real.
Relevancia para el desarrollo de software
Los desarrolladores no solo escribimos código: también tenemos un papel clave en la protección de los sistemas. Somos, en muchos casos, la primera línea de defensa frente a riesgos de ciberseguridad. Por eso, es importante que comprendamos y estemos alineados con los indicadores clave que los responsables de seguridad reportan a la dirección, ya que muchas de esas métricas dependen directamente de las decisiones que tomamos durante el desarrollo.
Desde nuestra práctica profesional, podemos contribuir de forma concreta mediante acciones como:
- Incluir métricas de seguridad en los ciclos de CI/CD (porcentaje de tests de seguridad pasados, tiempo medio de resolución de findings),
- Automatizar la recolección de logs e indicadores en sistemas distribuidos,
- Participar en la definición de indicadores personalizados según el producto o servicio que desarrollamos,
- Incorporar herramientas de observabilidad y auditoría como parte de los entregables por defecto.
Conclusión: la ciberseguridad empieza en el código, pero no termina ahí
La ciberseguridad no es un componente que se añade al final: es una mentalidad que debe acompañar cada decisión técnica, desde la arquitectura hasta los pequeños detalles del día a día en el proceso de desarrollo. No se trata sólo de evitar errores o proteger servicios, sino de construir un software que resista, que se adapte y que comunique bien su propio estado.
Como profesionales del desarrollo, tenemos una oportunidad —y también una responsabilidad— de participar activamente en la consolidación de la seguridad organizacional. Podemos contribuir no solo escribiendo código seguro, sino facilitando la observabilidad, la trazabilidad y la generación de métricas que ayuden a los responsables de seguridad y a la dirección de una empresa a tomar decisiones basadas en datos.
En última instancia, la ciberseguridad no se trata solo de proteger, sino de hacer visible el riesgo, gestionarlo con criterio y evolucionar con inteligencia.
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